4am.
Hace escasos minutos que me desperté. Curiosamente me encuentro bien, relajado, solo necesito darle unos minutos a la máquina para que se ponga en marcha.
Me pongo el “traje de luces”, últimos ajustes y para la calle, donde al poco tiempo nos encontramos con Montse.
Rumbo al autobús que nos llevará al Langener Waldsee, donde tendrá lugar la natación.
Curiosa sensación entre ansia y felicidad por que este día haya llegado al fin y un regusto en la boca a última cena antes de la ejecución… ;-P
En el trayecto me fijo en los demás. Trato de adivinar cuantas veces han hecho esto antes, donde, en qué tiempos, etc, etc…
T1. El ritual habitual de hinchar ruedas, preparar los bidones, comida, etc…solo que esta vez es algo diferente, tal vez repito los mismos gestos unas cuantas veces más de lo normal.
Alain, decía que cuando miramos al horizonte nuestros ojos se relajan, y al hacerlo liberan la mente, y eso es lo que busco, liberarla de la misma pregunta, de las mismas dudas…
Boxes.
Amy insiste en que me coloque el neo ya, le hago caso, sé que casi siempre es lo mejor para mi.
Un beso, un “gracias por todo” ñoño y que no consigue articular la mitad de lo que me había prometido una y otra vez que le diría antes de dirigirme al agua, “lo harás mejor cuando llegues” me digo, “si llegas”…sí, si llego, claro.
Parecemos un documental de la 2, miles de “pingüinos” enfundados en sus neos, ansiosos por que empiece el sarao. Me giro y me encuentro a Kobayashi-san, entre 2000 y pico tíos de negro con un gorro rojo, tiene gracia…”glad to see you my friend”, unas palabras de animo, nos deseamos suerte y el tira ya para la salida, yo espero unos mins más para ver la salida de los pros.
Últimos segundos para pensar en todos esos días en la piscina a las 7am pensando en como seria este momento. Salida, y por supuesto golpes, empujones y el centrifugado a tope como es de rigor, pero no como lo esperaba. Al poco tiempo nado cómodo, sin golpes, es casi tan agradable que aún siendo obvio ignoro que me estoy marcando una diagonal que me hará nadar más metros, temo salir aún más tarde de lo previsto, pero decido centrarme en nadar y nada más. Mi mente esta tranquila y, sorprendentemente no noto fatiga al encarar la ultima recta de la primera vuelta.
Hay mucha gente a mí alrededor y no sé si eso es bueno o es que somos tantos que incluso las “piedras” como yo somos un grupo masivo. Dá igual, pronto sabré como ha ido, he calculado que si salgo en 50’ aún estoy en mis tiempos. Me levanto unos metros antes de la orilla, 42’ y pico…casi no me lo puedo creer, realizo que incluso podría salir en 1h12.
Ultima recta, solo ahora noto algo de agobio, ganas de acabar con este segmento más bien. 1h16’47’’…notables errores de navegación pero aún así supero con creces mis mejores expectativas.

Transición lenta, pero sin pausa.
A unos 200 m veo la primera caída en bici, o mejor dicho, la primera ambulancia junto a un ciclista, no será la última…
Bebo y como algo, hay que coger un ritmo cuanto antes, y bajar esas pulsaciones.
Casi todo el tramo hasta el “downtown” lo dedico a eso y a evitar el peligro de una penalty por drafting.
Primera subida ok, el público anima como si se tratase del Tour, y eso facilita mucho las cosas. Se acerca el famoso “The Hell”, el corto repecho de adoquines “marca de la casa”. El ambiente es realmente espectacular, música a tope, gritos de animo…y el primer calentón, empiezo a pasar a gente con una cadencia alegre y un temblor en todo el cuerpo de nota, y no es solo la emoción, los adoquines también ayudan :-).

El resto del recorrido es más de lo mismo, y no seré yo quien proteste por ese tipo de monotonía, la gente es extraordinaria, y lamento profundamente que mi patético dominio de la bici me impida dar la mano a todos esos chavales deseosos de chocarla.

Casi sin darme cuenta llego al pie de “Heartbreak Hill”, he visto decenas de veces esa subida en este
video, y se me pone la piel de gallina al ver tanta gente de un lado y otro de la subida, por momentos no pasamos más de dos bicis juntas y no hace falta decir que me marco el segundo calentón, me pongo de pie y empiezo a coger un ritmo fuerte, antes de asentarme tranquilamente hacia la mitad de la subida (exactamente al revés de cómo debía hacerlo, pero…)

Aunque lo esperaba no sabia si lo lograrían, pero Amy y Montsiki están ahí, primero me grita Amy, se me hace un nudo en la garganta y subo aún más fuerte, al poco Montsiki me sorprende con su cencerro y su contagioso entusiasmo, le grito “vamos” y nuevo arreón antes de coronar.
Llegada a Frankfurt, las calles abarrotadas, y yo trato de serenarme, empieza la segunda vuelta y sé que la clave es acabarla en buenas condiciones.
En la subida anterior a “The Hell” me caigo al despistarme un segundo mientras le lanzo un bidón vacío a un voluntario, al suelo y por un segundo mi mayor angustia es que la Cervelo esté tocada, me levanto rápidamente, ok , está bien, pero la cadena ha saltado.
Los voluntarios me ayudan y me preguntan si me encuentro bien, sangro un poco en la rodilla, el codo, y en la palma de la mano derecha me ha saltado la piel. La verdad es que me trae sin cuidado en ese momento, me siento realmente afortunado por poder seguir.
Llego de nuevo a “The Hell”.
La música sigue a tope, hay un tío vestido de diablo con un tridente que nos persigue durante unos metros, el público es impresionante, me pongo de pie a media subida y así hasta coronar, me tiembla todo el cuerpo con los dichosos adoquines y una vez arriba me digo que ha sido tal vez la mayor estupidez del día pero por un momento ha sido una autentica locura, y tardaré unos años en olvidar algo así.
Más adelante sesión de yoyó con una chica que lleva buen ritmo, me llama la atención algo que lleva escrito en el gemelo, “Kill your god”!!”. De alguna forma todos lo estamos matando un poco hoy…
Unos kms antes de pasar de nuevo por Heartbreak Hill me da un comienzo de pájara que corto a base de Pepsi y RedBull, pero me ha costado unos minutos que hacen que el objetivo de 6h para la bici se aleje.
Tomo la decisión de apretar una vez coronada la subida, sé que en poco más de 10 kms no voy a arreglar nada, pero también sé que caminaré sí o sí en la maratón, así que a toda máquina para intentar darme el gusto de lograr 6h justas.
Ya no bajo de 35km/h, pero a medida que los rascacielos se acercan es obvio que me van a faltar kms para lograrlo, da igual, pronto me pondrán otros 42 por delante.
En los últimos metros busco con la mirada a Amy y Montse, pero al parecer me esperaban un poco más tarde.

Desmonto y dejo la bici a uno de los voluntarios. Uno grita mi numero a otro junto a los Racks, coge mi bolsa mientras me hace signo de ir hacia él, pero mis piernas están clavadas, mentalmente estoy corriendo, pero apenas puedo dar un paso, me quito los zapatos y consigo moverme lo justo para alcanzar al voluntario, coger la bolsa y sentarme en los bancos de T2.
Siento tanta felicidad de haber llegado hasta aquí como cansancio mientras empiezo a colocarme las bambas.
Un Alemán me pregunta como me siento, le digo medio riendo que “a punto de morir”, y todavía no sé cuanta razón tengo.
Me levanto para encarar el maratón, pero todo empieza a desmoronarse, tengo un horrible dolor de barriga que ya no me abandonará hasta el final.
O bien no he digerido algo o bien los últimos kms a toda tralla han cortocircuitado mi digestión…y mi carrera.
Primera vuelta caminando todo el tiempo, humillante y doloroso, pero no quiero explotar, aún tengo la esperanza de que a partir de la segunda me encuentre mejor y empezar a correr.
Segunda vuelta y más de lo mismo hasta poco antes de finalizarla, tras un “pit-stop” (:-)) en un lavabo me encuentro algo mejor y al menos puedo trotar, aunque sea a un ritmo miserable.
Me cruzo con Montse que me anima como si fuera a ganar la carrera a pesar de que no se le escapa mi pésimo estado físico. Me dice que voy muy bien pero yo le digo que no, que llevo más de una hora de retraso sobre lo previsto...ella insiste que no, más tarde me daría cuenta que mi reloj se descarajó al salir del agua, y marcaba una hora más… :-(

Tercera vuelta.
Mis ilusiones se vienen abajo, aunque por momentos logro trotar, es al precio de mucho dolor de barriga y aún así no tardo mucho antes de verme obligado a caminar de nuevo.
No pasan 5 metros sin que alguien grite mi nombre y más de una vez logran que vuelva a trotar, cada vez que lo consiguen gritan aún más fuerte y por supuesto me harto a decir “danke” a todos ellos.
Ultimo reencuentro con Montse, me dice que lo voy a lograr y que se va para la línea de llegada a esperarme.
Durante este tiempo me he cruzado con al menos 3 personas tiradas en el césped, rodeadas de voluntarios de la Cruz Roja, la ultima una chica medio inconsciente y con una bolsa de suero colgando del brazo…

Cuarta vuelta, veo el lugar donde están los voluntarios que colocan las gomas en cada vuelta, me emociono mucho al ver la cuarta en mi brazo porque sé que lo he logrado, estoy realmente destrozado físicamente, pero feliz, feliz con mayúsculas, de esa felicidad que uno marca con una cruz sobre el calendario sin saber si habrán otras.
Sé que no ha sido como yo hubiera querido, pero ha sido, es, y un vistazo al reloj me asegura que ya nada me quitará un momento inolvidable en poco más de 2kms.
Ultimo puente, mientras bordeo el río y con cada metro que avanzo, el ruido del “finishline” se hace más intenso, los metros pasan más fácilmente y ahora lo realmente difícil es contener las lágrimas.
En la penúltima recta la gente grita con más y más fuerza, nos felicitan por haberlo logrado y yo les aplaudo a rabiar porque sin duda son lo mejor del día.
Al fin pongo el pie sobre la moqueta roja, choco las manos de lado y lado con el público, y doy las gracias una y otra vez.

Al fin veo Amy y Montse, que no paran de gritar y apoyarme. Corro hacia ellas y las abrazo con todas mis fuerzas, le doy las gracias a Montse por haber aguantado mis nervios y compartido mi ilusión por este deporte, a Amy por haberme permitido llegar aquí, no hoy, si no durante todo este tiempo, todos y cada uno de estos días…
…”es tu sueño, ve y alcánzalo” me dice Amy señalándome los últimos metros…
…el público grita, anima, alarga su brazo en busca de otro “high five”, oigo mi nombre acompañado del ya clásico “zuper”, el speaker probablemente esté coreando mi nombre, de donde vengo y que ya hay un finisher más apunto de cruzar esa línea blanca…
Pero yo, durante unas décimas de segundo, solo oigo la voz de Amy mientras dejo que sus palabras completen un momento que no olvidaré nunca…

El Ironteam 2009, si sacan slots para Hawai en categoria supporters, estas dos fijarán segunda residencia en Kona...el tema hidratación lo tienen visblemente por la mano... ;-) Un beso campeonas!!!