“Man is not made for defeat. A man can be destroyed but not defeated.” (Ernest Hemingway)
Pues eso…para que el cansancio, el frío, el sueño, los nervios o el día a día no me hagan perder de vista algo tan obvio.
martes, 2 de diciembre de 2008
lunes, 1 de diciembre de 2008
215 días y 12h...
Creo sinceramente que todas aquellas cosas que realmente tiene un valor profundo para uno no pueden ser explicadas con palabras, y qué si de alguna forma logramos expresarlas es que no son realmente tan importantes como pensábamos.
También temo como a la peste tratar de expresarlas, puesto que no me cabe la menor duda de que solo lograría alinear una serie de propósitos descoordinados y escasamente coherentes, el equivalente al balbuceo de un niño sin la gracia que este puede tener.
Es por ello que cada vez me reafirmo más en mi intención de no tratar de expresar lo que representa el reto de Frankfurt. Esto en sí mismo, debería bastar para transmitir sino el “qué”, si el “cuanto” de lo importante que es para mi.
Más fácil de decir que de hacer, pero sin duda esa es mi intención. Como transcurra la temporada decidirá lo mucho o poco que permanezca fiel a ese deseo piadoso. Dependiendo de que logre o no el objetivo, dejaré para entonces las lágrimas y la risa, o las lágrimas a secas, si es que esto ultimo puede ser :-)
Hace un par de semanas he realizado realmente lo duro que iba a ser, y ha sido la primera vez que no he tenido que contar en kms ni en horas para llegar a esa conclusión. Es más, es la primera vez que he pensado en esto como en algo “fácil” si solo se limitara a nadar, pedalear, correr, y volver a empezar de nuevo.
No es que le haya perdido el respeto a la distancia, eso está más presente que nunca en mi cabeza, es solo que estoy viviendo lo que es añadir 40h semanales de trabajo y la vida familiar a la ecuación. Y sí, desde esa perspectiva, los kms en el agua, y el asfalto se me antojan “fáciles”.
215 días y 12 horas para tratar de resolver ese problema….
Si lo logro, si logro cruzar esa línea, ya no necesitaré deciros lo que representa para mí, lo habréis visto con vuestros propios ojos, y a los que allí estéis para verlo, desde ahora os doy las gracias.
También temo como a la peste tratar de expresarlas, puesto que no me cabe la menor duda de que solo lograría alinear una serie de propósitos descoordinados y escasamente coherentes, el equivalente al balbuceo de un niño sin la gracia que este puede tener.
Es por ello que cada vez me reafirmo más en mi intención de no tratar de expresar lo que representa el reto de Frankfurt. Esto en sí mismo, debería bastar para transmitir sino el “qué”, si el “cuanto” de lo importante que es para mi.
Más fácil de decir que de hacer, pero sin duda esa es mi intención. Como transcurra la temporada decidirá lo mucho o poco que permanezca fiel a ese deseo piadoso. Dependiendo de que logre o no el objetivo, dejaré para entonces las lágrimas y la risa, o las lágrimas a secas, si es que esto ultimo puede ser :-)
Hace un par de semanas he realizado realmente lo duro que iba a ser, y ha sido la primera vez que no he tenido que contar en kms ni en horas para llegar a esa conclusión. Es más, es la primera vez que he pensado en esto como en algo “fácil” si solo se limitara a nadar, pedalear, correr, y volver a empezar de nuevo.
No es que le haya perdido el respeto a la distancia, eso está más presente que nunca en mi cabeza, es solo que estoy viviendo lo que es añadir 40h semanales de trabajo y la vida familiar a la ecuación. Y sí, desde esa perspectiva, los kms en el agua, y el asfalto se me antojan “fáciles”.
215 días y 12 horas para tratar de resolver ese problema….
Si lo logro, si logro cruzar esa línea, ya no necesitaré deciros lo que representa para mí, lo habréis visto con vuestros propios ojos, y a los que allí estéis para verlo, desde ahora os doy las gracias.
Marathon...what marathon ?
Hay cosas que simplemente no pueden ser…
Mi historial de desamor con el maratón suma y sigue, y casi prefiero no echar un vistazo al marcador porque la goleada es de escándalo y no a mi favor precisamente.
Eso sí, sigo en mi empeño por innovar y añadir una nueva razón para “pinchar” en cada uno de mis retos de 42km, y esta vez he añadido la clásica lesión pre-competición a la lista.
Como sabéis de sobras ya, unas molestias en la cadera, no del todo curadas a día de hoy, acabaron con mi maratón en Palma este año.
Curiosamente no estoy excesivamente dolido, supongo que el principal objetivo era hacer un tiempo decente para darme confianza de cara al verdadero objetivo de estos tres últimos años, el IM de Frankfurt 09, y durante el entreno tuve buenas sensaciones durante las salidas largas, así que me quedaré con eso.
Tiempo ahora para encarar la temporada más importante.
Mi historial de desamor con el maratón suma y sigue, y casi prefiero no echar un vistazo al marcador porque la goleada es de escándalo y no a mi favor precisamente.
Eso sí, sigo en mi empeño por innovar y añadir una nueva razón para “pinchar” en cada uno de mis retos de 42km, y esta vez he añadido la clásica lesión pre-competición a la lista.
Como sabéis de sobras ya, unas molestias en la cadera, no del todo curadas a día de hoy, acabaron con mi maratón en Palma este año.
Curiosamente no estoy excesivamente dolido, supongo que el principal objetivo era hacer un tiempo decente para darme confianza de cara al verdadero objetivo de estos tres últimos años, el IM de Frankfurt 09, y durante el entreno tuve buenas sensaciones durante las salidas largas, así que me quedaré con eso.
Tiempo ahora para encarar la temporada más importante.
lunes, 6 de octubre de 2008
Kona
Este fin de semana tendrá lugar el 30º Iroman Hawai, la meca para cualquier triatleta de larga distancia.
Como todo sueño, es imposible de explicar para el que no lo comparte, así que echaré una mano a todos los que no venderían su alma al Diablo gustosamente para llegar allí (es incomprensible, pero sí, los hay…)
Kona es el lugar que te hace levantar a las 6 de la mañana para entrenar (aún sabiendo que ni con eso lo lograrás), que te hará apretar los dientes una o dos horas más cuando ya llevas una hora diciendo “basta”, la razón por la cual sales a correr cuando hace frío y está oscuro ahí fuera, las imagenes que te harán subirte a la bici, correr o nadar durante horas cuando tu disposición para ello era nula al comenzar el dia, el momento que esperarás durante un año instantes después de haberte pegado 10h a la pantalla de tu ordenador, el Tour, el Giro, la final de la Champions, la Superbowl, el mundial y las olimpiadas ,el ultimo macroconcierto de tus cantantes favoritos todo en uno…y solo os cuento la mitad.
En otras palabras el reino de los cielos y, así como en el “original”, tampoco en este tendré cabida nunca jamás, pero eso no impide dejar de soñar porque soñar es gratis y…“Everything is possible”, no?
Como todo sueño, es imposible de explicar para el que no lo comparte, así que echaré una mano a todos los que no venderían su alma al Diablo gustosamente para llegar allí (es incomprensible, pero sí, los hay…)
Kona es el lugar que te hace levantar a las 6 de la mañana para entrenar (aún sabiendo que ni con eso lo lograrás), que te hará apretar los dientes una o dos horas más cuando ya llevas una hora diciendo “basta”, la razón por la cual sales a correr cuando hace frío y está oscuro ahí fuera, las imagenes que te harán subirte a la bici, correr o nadar durante horas cuando tu disposición para ello era nula al comenzar el dia, el momento que esperarás durante un año instantes después de haberte pegado 10h a la pantalla de tu ordenador, el Tour, el Giro, la final de la Champions, la Superbowl, el mundial y las olimpiadas ,el ultimo macroconcierto de tus cantantes favoritos todo en uno…y solo os cuento la mitad.
En otras palabras el reino de los cielos y, así como en el “original”, tampoco en este tendré cabida nunca jamás, pero eso no impide dejar de soñar porque soñar es gratis y…“Everything is possible”, no?
lunes, 29 de septiembre de 2008
63 km en un fin de semana...
O lo que es lo mismo, el equivalente de un maratón y un medio maratón en un fin de semana, o tres medio maratones si os gusta más así.
Sin duda no es algo que vaya a repetir a corto ni medio plazo, y en la medida de lo posible, sencillamente haré lo imposible por no volver a “probarlo” nunca más.
A nivel fisiológico ha sido (sorpresa…) particularmente duro, pero eso no ha sido nada comparado al aspecto mental, 63 Km. dan mucho (léase demasiado) tiempo para pensar, por lo que recomiendo armarse de pensamientos positivos antes de lanzarse a este tipo de penitencia.
En mi caso los pensamientos positivos escaseaban, y en un acto de generosidad sin igual, os ahorraré la extensa lista de los negativos, no, no me lo agradezcais mi (falsa) modestia se llevaría un golpe…
Por si hubiera lugar para la duda, ha quedado confirmado que las ultimas semanas del entreno de un maratón, me llevan al borde de la depre, y refuerzan la idea de que combinar tres deportes hace más llevadero el entreno.
Y decís que hay que correr esos 42km como postre en un IM ?...disculpad, creo que voy a echarme un ratito…
Sin duda no es algo que vaya a repetir a corto ni medio plazo, y en la medida de lo posible, sencillamente haré lo imposible por no volver a “probarlo” nunca más.
A nivel fisiológico ha sido (sorpresa…) particularmente duro, pero eso no ha sido nada comparado al aspecto mental, 63 Km. dan mucho (léase demasiado) tiempo para pensar, por lo que recomiendo armarse de pensamientos positivos antes de lanzarse a este tipo de penitencia.
En mi caso los pensamientos positivos escaseaban, y en un acto de generosidad sin igual, os ahorraré la extensa lista de los negativos, no, no me lo agradezcais mi (falsa) modestia se llevaría un golpe…
Por si hubiera lugar para la duda, ha quedado confirmado que las ultimas semanas del entreno de un maratón, me llevan al borde de la depre, y refuerzan la idea de que combinar tres deportes hace más llevadero el entreno.
Y decís que hay que correr esos 42km como postre en un IM ?...disculpad, creo que voy a echarme un ratito…
miércoles, 17 de septiembre de 2008
Marathon
“If you want to win something, run the 100 meters. If you want to experience something, run a marathon”
- Emil Zatopeck (“la locomotora humana”) -
Sin duda mi admiración por Zatopeck bastaría para dar crédito a sus palabras pero, si eso no fuera suficiente, mi experiencia previa en Maratón lo confirma…con creces.
Hay algo en la larga distancia, sea en triatlón o carrera a pie, que la diferencia del resto.
Es fácil pensar en el esfuerzo, dolor, entrenamiento necesario, etc.…asociado a ella, pero en mi opinión la diferencia fundamental se sitúa más allá, en el aspecto mental y personal.
Mis experiencias previas se resumen en un calvario en Barcelona y Paris 2007.
En Barcelona sigo pensando que llegué con mi mejor forma en cuanto a carrera a pie, pero abusar de gel pensando así evitar el famoso “muro” arruinó un debut en el que debí lograr bajar claramente de 4 h de no ser por ese error. Sin embargo crucé la línea y a defecto de satisfacción obtuve el orgullo de ser finisher en condiciones realmente duras.
Paris fue sin embargo la mayor decepción de mi corto CV en esta distancia. La ignorancia me hizo apuntarme a esta maratón antes de hacer la de BCN y con un mes escaso entre ambas pruebas, el correctivo fue total…DNF (Did Not Finish), las siglas mas infamantes para un corredor, el insulto supremo para un triatleta.
2008 tiene que ser el año, el año en que no cometa errores de bulto, el año en que no sabotee mi propia carrera y la experiencia previa sirva de algo y, claro está que la suerte me sonría, aunque sea tímidamente, no estaría de más tampoco.
La maratón de Palma de Mallorca (19/10/08) es la elegida.
El entreno ha sido algo diferente al de 2007 al empezar algo más tarde con el plan especifico, que se solapaba con las semanas previas al 70.3 de Wiesbaden, y han habido días en que no me he sentido particularmente bien, sin llegar a ser desastrosos, solo esa sensación de escaso convencimiento de que las cosas estén saliendo como uno espera.
El pasado domingo primera tirada de 30km. y por fin buenas sensaciones, tanto que sé que podría haber llegado a los 42 de ser necesario. Buena parte de la “culpa” de esas buenas sensaciones la tiene haber sido capaz de respetar el ritmo previsto y tener en cuenta lo aprendido por las malas el año pasado.
Hablando de aprendizaje, si algo he aprendido es a no esperar garantías en este tipo de pruebas, haces lo que debes en la preparación y luego solo rezas para que todo salga bien, o no demasiado mal,…según el día.
En cualquier caso, tanto si lo logro como si me hundo de nuevo en la frustración, mientras corra, las palabras de Zatopeck sonarán más de 150 veces por minuto en mi cabeza…
…”if you are set on the activity you beat the pain, and it disappears…the feeling of fatigue, the feeling of pain…I knew this, and I went against the fatigue, against the pain…and I was successful”
- Emil Zatopeck -
- Emil Zatopeck (“la locomotora humana”) -
Sin duda mi admiración por Zatopeck bastaría para dar crédito a sus palabras pero, si eso no fuera suficiente, mi experiencia previa en Maratón lo confirma…con creces.
Hay algo en la larga distancia, sea en triatlón o carrera a pie, que la diferencia del resto.
Es fácil pensar en el esfuerzo, dolor, entrenamiento necesario, etc.…asociado a ella, pero en mi opinión la diferencia fundamental se sitúa más allá, en el aspecto mental y personal.
Mis experiencias previas se resumen en un calvario en Barcelona y Paris 2007.
En Barcelona sigo pensando que llegué con mi mejor forma en cuanto a carrera a pie, pero abusar de gel pensando así evitar el famoso “muro” arruinó un debut en el que debí lograr bajar claramente de 4 h de no ser por ese error. Sin embargo crucé la línea y a defecto de satisfacción obtuve el orgullo de ser finisher en condiciones realmente duras.
Paris fue sin embargo la mayor decepción de mi corto CV en esta distancia. La ignorancia me hizo apuntarme a esta maratón antes de hacer la de BCN y con un mes escaso entre ambas pruebas, el correctivo fue total…DNF (Did Not Finish), las siglas mas infamantes para un corredor, el insulto supremo para un triatleta.
2008 tiene que ser el año, el año en que no cometa errores de bulto, el año en que no sabotee mi propia carrera y la experiencia previa sirva de algo y, claro está que la suerte me sonría, aunque sea tímidamente, no estaría de más tampoco.
La maratón de Palma de Mallorca (19/10/08) es la elegida.
El entreno ha sido algo diferente al de 2007 al empezar algo más tarde con el plan especifico, que se solapaba con las semanas previas al 70.3 de Wiesbaden, y han habido días en que no me he sentido particularmente bien, sin llegar a ser desastrosos, solo esa sensación de escaso convencimiento de que las cosas estén saliendo como uno espera.
El pasado domingo primera tirada de 30km. y por fin buenas sensaciones, tanto que sé que podría haber llegado a los 42 de ser necesario. Buena parte de la “culpa” de esas buenas sensaciones la tiene haber sido capaz de respetar el ritmo previsto y tener en cuenta lo aprendido por las malas el año pasado.
Hablando de aprendizaje, si algo he aprendido es a no esperar garantías en este tipo de pruebas, haces lo que debes en la preparación y luego solo rezas para que todo salga bien, o no demasiado mal,…según el día.
En cualquier caso, tanto si lo logro como si me hundo de nuevo en la frustración, mientras corra, las palabras de Zatopeck sonarán más de 150 veces por minuto en mi cabeza…
…”if you are set on the activity you beat the pain, and it disappears…the feeling of fatigue, the feeling of pain…I knew this, and I went against the fatigue, against the pain…and I was successful”
- Emil Zatopeck -
lunes, 18 de agosto de 2008
70.3 Wiesbaden 2008
4 kilómetros.
A bote pronto no es como para asustar a nadie, os lo concedo.
Sin embargo es esa distancia la que me separa de cruzar la línea, de acabar mi segundo Half y poner un final con imágenes a algo que he “visto” con anterioridad durante los meses de entreno precedentes.
En el penúltimo esfuerzo del día y atendiendo al más elemental de los principios del Cartesianismo – el de dividir un problema en partes más pequeñas para facilitar el análisis y solución de un problema – trato de digerir esos cuatro mil metros de la única forma posible.
1+1+1+1. Otra forma de decir lo mismo. En este momento, la única que me permite encajar la dificultad de algo tan sencillo como poner un pie delante de otro.
Y sin embargo es suficiente para lograrlo.1+1+1 de sufrimiento…y 1 de celebración.
Calculo en un bucle interminable que ritmo por Km. me separa de bajar de 6h30. Considerando mi historial matemático y mi estado físico actual resulta cuanto menos irónico, pero no tengo ganas de reír, aún no.
Los cálculos son correctos, se reducen a “no camines”.
4 kilómetros…
8 de la mañana. Me despido de Amy y Montse. Para ellas también es la recta final. Es curioso como ellas también sienten su parte de nervios o eso me parece a mí al menos.
Me enfundo el “traje de luces” y Juansi y yo vamos a saludar a Javi y Antonio, a desearles buena suerte y hacer las bromas de rigor previas a la salida.
Buena gente, nos fuimos conociendo en el aeropuerto (Antonio), Expo (Javi) y bus del bike check-in (Juansi) y no hemos dejado de cruzarnos estos días.
Es nuestro turno, nos dirigimos a la línea de salida, algo menos de 100 metros dentro del agua.
Empieza el baile. Me concentro en evitar los inevitables golpes y otras expresiones de “cariño” triatletico.
Como era de esperar, al poco tiempo la distancia revela la valía de cada uno en el agua y el grupo se estira, fin del modo “deathmatch” colectivo.
También de forma previsible empiezo a sentir la misma hartura de nadar que ya sentí el año pasado, probablemente debido al neo, con toda seguridad a causa de mi lentitud, pero la verdad es que este año han debido limpiar la piscina más veces de lo que yo he ido a nadar así que milagros a Lourdes, o a Pekín donde han habido unos cuantos en la piscina...
Fin del primer acto, escasos 43 min., 14 segundos por debajo del año pasado, podría haber ido mejor…de haber nadado en el ultimo mes y pico por ejemplo.
Transición genial para mi estándar, 3:28, casi dos minutos menos que el año pasado y mi único momento de “gloria” en cuanto a posición en mi grupo de edad (91). Y eso que el neo se ha puesto sentimental y no quería despegarse de mis pies.
Principio del segundo acto.
Sé que aquí se juega todo, mis mayores esperanzas de mejorar tiempo y en qué estado correré la media maratón. A mi favor, conocer el circuito y una mejor preparación en la bici este año. En contra, que el 99% de mis Km. en bici ha sido en rodillo, no del todo optimo para el manejo de la bici y menos cuando esperan bajadas muy rápidas y curvas cerradas.
Primeros 9 Km. llaneando, me acoplo al aero, cosa extraña porque hasta ahora nunca lo había hecho salvo alguna test esporádico. Esta vez ni lo dudo y para mi sorpresa me siento muy cómodo sobre él, es más, lo estoy disfrutando, mucho.
Primera subida larga, la velocidad esta lejos de ser impresionante, pero es superior a la del año pasado en todo momento.
Una voz familiar me hace sonreír y levantar la cabeza del manillar por un momento, bastante antes de coronar el primer puerto.
“Ese fistro de pecador […]”….es Juansi que me ha cazado sin mayores problemas, aunque no esperaba verlo ya desde la natación, pero supongo que es lo que tiene hacerse la pedicura en boxes y leer de cabo a rabo el Financial Times mientras los demás tratamos de arañar unos segundos al implacable crono, o eso o ha escrito la entrada del blog durante la prueba en vez de después… :-)
Lo acompaña Javi. En unos segundos nos juntamos un grupo de cuatro españoles (el otro estaba delante mío pero no lo sabia todavía) y, parodiando la película, “Con ellos llegó el cachondeo”.
Los alemanes nos miran con un poco de incredulidad, la verdad es que la subidita de marras no invita demasiado a la juerga, pero como lenguaje universal que es, la risa acaba contagiándose a nuestros anfitriones.
La grupeta (estamos subiendo para los que pongan el grito en el cielo por el drafting), no dura mucho, y pronto me quedo descolgado, ellos parecen subir con mucha alegría pero mi sentido del humor ha empezado la reducción de jornada unos Km. antes.
Primeras bajadas. Las pillo mejor, un solo susto en una curva y ni siquiera tiene que ver con la llovizna que empieza a caer, un segundo de despiste controlado in extremis.
Segunda bajada rápida.
Hay voluntarios y señales que nos avisan antes, pero me empecino en ganar segundos y sobretodo en ver como el “cuenta” sigue disparandose. Es excusable, por lo general él único otro contador que vigilo, el de mi cuenta bancaria, no para de bajar y no a menor ritmo, así que por una vez que veo como se acelera el primero…
Pero tanta codicia velocística no puede tener un happy end y para cuando quiero pillar esa curva cerrada la velocidad y el ángulo a los que entro son demasiado calculo para mi a pesar de haber frenado in extremis. Afortunadamente esta gente sabe organizar una carrera y han previsto protecciones de paja para los descerebrados de mi calaña.
Me preparo para testear las protecciones de la organización y doy fe de su eficacia, he conseguido reducir a algo menos de 30 por hora, pero obviamente no ha sido suficiente. Afortunadamente ni yo ni la bici nos hemos hecho nada, eso sí, la cadena ha saltado y no me he dado cuenta, de lo que seguramente me han estado avisando los voluntarios, pero yo solo repito “I’m OK” una y otra vez hasta que constato la evidencia.
Uno o dos minutos perdidos tal vez. Es igual, doy gracias por poder seguir en carrera.
Continua el recorrido, empiezo a sentir calambres en las piernas, de hecho poco más tarde los siento simultáneamente en ambos cuadriceps, lo cual me obliga a quitar desarrollo, es eso o la debacle a corto plazo no hay mucho donde escoger.
Una lástima porque lo peor ha pasado ya. En la subida más dura del año pasado recuerdo haber pensado “si esto dura 10 m más me bajo de la bici”, este año en cambio solo reconocí que era aquella subida poco antes de coronarla, y el sufrimiento no ha sido el mismo ni de lejos.
Ultima subida gradual, sé que me esperan algo menos de 10 Km. bajando a tope, buenas noticias para mis piernas.
Me dispongo a ganar - o recuperar si se prefiere - todo el tiempo posible.
Consigo acoplarme por momentos, superando el miedo a caerme. El resto del tiempo trato de bajar mi posición para ofrecer la menor resistencia al aire, nada evidente con mi físico, que se parece más a esos que corren en el hipódromo...no el jockey no, me refiero al caballo, al que corre de verdad.
Pese a todo record personal, velocidad máxima 74,6 Km. /h, y una sensación indescriptible hasta llegar a T2.
Llego prácticamente a la hora que indiqué a Amy y Montse, acoplado al aero y preparándome para el acto final. 21 Km. por delante.
Buena transición de nuevo, salgo de T2 con la firme intención de no caminar pase lo que pase.
En Banyoles acabé caminando en la última vuelta, pero eso me preparó para hoy.
Caer para volver a levantarse dicen.
Primera vuelta completada con lo que me parecen casi demasiado buenas piernas, luego mis tiempos me harán ver la realidad, pero en este momento las sensaciones son muy buenas, y solo la experiencia del año pasado me permite no echar las campanas al vuelo.
Vuelvo a ver al “fan club” y eso me recarga las pilas.
Pronto recogeré la primera pulsera. Ahí me pilla Antonio, al que veo muy bien, se está saliendo, le digo que siga que no baje el ritmo, esto es una carrera después de todo, no?
Segunda vuelta, aún queda algo en el depósito pero las reservas son escasas y sé que la última va a ser realmente dura.
En la tercera vuelta veo a un tío estirado en el suelo y 3 o 4 personas alrededor suyo, tratando de ayudarle, hundimiento?, rampas ? porqué escoger, probablemente las dos…
Se acerca la tercera pulsera, empiezo a ver el final del día, pero el sonido de una ambulancia me recuerda que esto no ha acabado todavía, sin duda alguien no se siente excesivamente bien…no se lo reprocho a estas alturas de la carrera.
Yo tampoco estoy en mi mejor momento ya.
Siento que la mirada empieza a perderse. Perderse en alguna parte entre mis continuos cálculos de ritmos, entre el “no camines” que no deja de sonar en mi cabeza una y otra vez, entre la rutina que me permite seguir avanzado y no tirarme al césped a contar tréboles, que ahora mismo me parecería una actividad de lo más lúdica, de no dormirme encima de ellos claro.
De alguna forma, sin duda no de la más rápida, he logrado acercarme al penúltimo Km., y empiezo a oír el griterío de la gente a la salida del parque. Subo algo el ritmo, tal vez solo me haya puesto más recto en realidad, es difícil de decir, ahora mismo tengo bastantes problemas con eso de la objetividad.
Ultimo Km., ahora sí subo algo el ritmo, aprovechando que el recorrido llanea hasta el final.
Últimos metros, un vistazo al crono y solo me quedan segundos para bajar de 6.30, depende de mi, de cuanto lo quiera.
Sprint final donde apenas pude trotar en 2007.
Amy está ahí animando a tope, la veo y aún quiero ir más de prisa, últimos metros de celebración…lo hemos logrado!
6:29:25, sensación de poder mejorar aún más y la certeza de saber que no habría sido posible sin el apoyo de Amy, los ánimos de Montse y la inspiración de Marco, cuya foto en el cuadro de la Cervelo me ha dado fuerzas y al que no he perdido de vista en toda la carrera, un beso para mi gordito...

A bote pronto no es como para asustar a nadie, os lo concedo.
Sin embargo es esa distancia la que me separa de cruzar la línea, de acabar mi segundo Half y poner un final con imágenes a algo que he “visto” con anterioridad durante los meses de entreno precedentes.
En el penúltimo esfuerzo del día y atendiendo al más elemental de los principios del Cartesianismo – el de dividir un problema en partes más pequeñas para facilitar el análisis y solución de un problema – trato de digerir esos cuatro mil metros de la única forma posible.
1+1+1+1. Otra forma de decir lo mismo. En este momento, la única que me permite encajar la dificultad de algo tan sencillo como poner un pie delante de otro.
Y sin embargo es suficiente para lograrlo.1+1+1 de sufrimiento…y 1 de celebración.
Calculo en un bucle interminable que ritmo por Km. me separa de bajar de 6h30. Considerando mi historial matemático y mi estado físico actual resulta cuanto menos irónico, pero no tengo ganas de reír, aún no.
Los cálculos son correctos, se reducen a “no camines”.
4 kilómetros…
8 de la mañana. Me despido de Amy y Montse. Para ellas también es la recta final. Es curioso como ellas también sienten su parte de nervios o eso me parece a mí al menos.
Me enfundo el “traje de luces” y Juansi y yo vamos a saludar a Javi y Antonio, a desearles buena suerte y hacer las bromas de rigor previas a la salida.
Buena gente, nos fuimos conociendo en el aeropuerto (Antonio), Expo (Javi) y bus del bike check-in (Juansi) y no hemos dejado de cruzarnos estos días.
Es nuestro turno, nos dirigimos a la línea de salida, algo menos de 100 metros dentro del agua.
Empieza el baile. Me concentro en evitar los inevitables golpes y otras expresiones de “cariño” triatletico.
Como era de esperar, al poco tiempo la distancia revela la valía de cada uno en el agua y el grupo se estira, fin del modo “deathmatch” colectivo.
También de forma previsible empiezo a sentir la misma hartura de nadar que ya sentí el año pasado, probablemente debido al neo, con toda seguridad a causa de mi lentitud, pero la verdad es que este año han debido limpiar la piscina más veces de lo que yo he ido a nadar así que milagros a Lourdes, o a Pekín donde han habido unos cuantos en la piscina...
Fin del primer acto, escasos 43 min., 14 segundos por debajo del año pasado, podría haber ido mejor…de haber nadado en el ultimo mes y pico por ejemplo.
Transición genial para mi estándar, 3:28, casi dos minutos menos que el año pasado y mi único momento de “gloria” en cuanto a posición en mi grupo de edad (91). Y eso que el neo se ha puesto sentimental y no quería despegarse de mis pies.
Principio del segundo acto.
Sé que aquí se juega todo, mis mayores esperanzas de mejorar tiempo y en qué estado correré la media maratón. A mi favor, conocer el circuito y una mejor preparación en la bici este año. En contra, que el 99% de mis Km. en bici ha sido en rodillo, no del todo optimo para el manejo de la bici y menos cuando esperan bajadas muy rápidas y curvas cerradas.
Primeros 9 Km. llaneando, me acoplo al aero, cosa extraña porque hasta ahora nunca lo había hecho salvo alguna test esporádico. Esta vez ni lo dudo y para mi sorpresa me siento muy cómodo sobre él, es más, lo estoy disfrutando, mucho.
Primera subida larga, la velocidad esta lejos de ser impresionante, pero es superior a la del año pasado en todo momento.
Una voz familiar me hace sonreír y levantar la cabeza del manillar por un momento, bastante antes de coronar el primer puerto.
“Ese fistro de pecador […]”….es Juansi que me ha cazado sin mayores problemas, aunque no esperaba verlo ya desde la natación, pero supongo que es lo que tiene hacerse la pedicura en boxes y leer de cabo a rabo el Financial Times mientras los demás tratamos de arañar unos segundos al implacable crono, o eso o ha escrito la entrada del blog durante la prueba en vez de después… :-)
Lo acompaña Javi. En unos segundos nos juntamos un grupo de cuatro españoles (el otro estaba delante mío pero no lo sabia todavía) y, parodiando la película, “Con ellos llegó el cachondeo”.
Los alemanes nos miran con un poco de incredulidad, la verdad es que la subidita de marras no invita demasiado a la juerga, pero como lenguaje universal que es, la risa acaba contagiándose a nuestros anfitriones.
La grupeta (estamos subiendo para los que pongan el grito en el cielo por el drafting), no dura mucho, y pronto me quedo descolgado, ellos parecen subir con mucha alegría pero mi sentido del humor ha empezado la reducción de jornada unos Km. antes.
Primeras bajadas. Las pillo mejor, un solo susto en una curva y ni siquiera tiene que ver con la llovizna que empieza a caer, un segundo de despiste controlado in extremis.
Segunda bajada rápida.
Hay voluntarios y señales que nos avisan antes, pero me empecino en ganar segundos y sobretodo en ver como el “cuenta” sigue disparandose. Es excusable, por lo general él único otro contador que vigilo, el de mi cuenta bancaria, no para de bajar y no a menor ritmo, así que por una vez que veo como se acelera el primero…
Pero tanta codicia velocística no puede tener un happy end y para cuando quiero pillar esa curva cerrada la velocidad y el ángulo a los que entro son demasiado calculo para mi a pesar de haber frenado in extremis. Afortunadamente esta gente sabe organizar una carrera y han previsto protecciones de paja para los descerebrados de mi calaña.
Me preparo para testear las protecciones de la organización y doy fe de su eficacia, he conseguido reducir a algo menos de 30 por hora, pero obviamente no ha sido suficiente. Afortunadamente ni yo ni la bici nos hemos hecho nada, eso sí, la cadena ha saltado y no me he dado cuenta, de lo que seguramente me han estado avisando los voluntarios, pero yo solo repito “I’m OK” una y otra vez hasta que constato la evidencia.
Uno o dos minutos perdidos tal vez. Es igual, doy gracias por poder seguir en carrera.
Continua el recorrido, empiezo a sentir calambres en las piernas, de hecho poco más tarde los siento simultáneamente en ambos cuadriceps, lo cual me obliga a quitar desarrollo, es eso o la debacle a corto plazo no hay mucho donde escoger.
Una lástima porque lo peor ha pasado ya. En la subida más dura del año pasado recuerdo haber pensado “si esto dura 10 m más me bajo de la bici”, este año en cambio solo reconocí que era aquella subida poco antes de coronarla, y el sufrimiento no ha sido el mismo ni de lejos.
Ultima subida gradual, sé que me esperan algo menos de 10 Km. bajando a tope, buenas noticias para mis piernas.
Me dispongo a ganar - o recuperar si se prefiere - todo el tiempo posible.
Consigo acoplarme por momentos, superando el miedo a caerme. El resto del tiempo trato de bajar mi posición para ofrecer la menor resistencia al aire, nada evidente con mi físico, que se parece más a esos que corren en el hipódromo...no el jockey no, me refiero al caballo, al que corre de verdad.
Pese a todo record personal, velocidad máxima 74,6 Km. /h, y una sensación indescriptible hasta llegar a T2.
Llego prácticamente a la hora que indiqué a Amy y Montse, acoplado al aero y preparándome para el acto final. 21 Km. por delante.
Buena transición de nuevo, salgo de T2 con la firme intención de no caminar pase lo que pase.
En Banyoles acabé caminando en la última vuelta, pero eso me preparó para hoy.
Caer para volver a levantarse dicen.
Primera vuelta completada con lo que me parecen casi demasiado buenas piernas, luego mis tiempos me harán ver la realidad, pero en este momento las sensaciones son muy buenas, y solo la experiencia del año pasado me permite no echar las campanas al vuelo.
Vuelvo a ver al “fan club” y eso me recarga las pilas.
Pronto recogeré la primera pulsera. Ahí me pilla Antonio, al que veo muy bien, se está saliendo, le digo que siga que no baje el ritmo, esto es una carrera después de todo, no?
Segunda vuelta, aún queda algo en el depósito pero las reservas son escasas y sé que la última va a ser realmente dura.
En la tercera vuelta veo a un tío estirado en el suelo y 3 o 4 personas alrededor suyo, tratando de ayudarle, hundimiento?, rampas ? porqué escoger, probablemente las dos…
Se acerca la tercera pulsera, empiezo a ver el final del día, pero el sonido de una ambulancia me recuerda que esto no ha acabado todavía, sin duda alguien no se siente excesivamente bien…no se lo reprocho a estas alturas de la carrera.
Yo tampoco estoy en mi mejor momento ya.
Siento que la mirada empieza a perderse. Perderse en alguna parte entre mis continuos cálculos de ritmos, entre el “no camines” que no deja de sonar en mi cabeza una y otra vez, entre la rutina que me permite seguir avanzado y no tirarme al césped a contar tréboles, que ahora mismo me parecería una actividad de lo más lúdica, de no dormirme encima de ellos claro.
De alguna forma, sin duda no de la más rápida, he logrado acercarme al penúltimo Km., y empiezo a oír el griterío de la gente a la salida del parque. Subo algo el ritmo, tal vez solo me haya puesto más recto en realidad, es difícil de decir, ahora mismo tengo bastantes problemas con eso de la objetividad.
Ultimo Km., ahora sí subo algo el ritmo, aprovechando que el recorrido llanea hasta el final.
Últimos metros, un vistazo al crono y solo me quedan segundos para bajar de 6.30, depende de mi, de cuanto lo quiera.
Sprint final donde apenas pude trotar en 2007.
Amy está ahí animando a tope, la veo y aún quiero ir más de prisa, últimos metros de celebración…lo hemos logrado!
6:29:25, sensación de poder mejorar aún más y la certeza de saber que no habría sido posible sin el apoyo de Amy, los ánimos de Montse y la inspiración de Marco, cuya foto en el cuadro de la Cervelo me ha dado fuerzas y al que no he perdido de vista en toda la carrera, un beso para mi gordito...
jueves, 31 de julio de 2008
10 dias...
7 días:
Para revivir el ambiente tan especial de un Half-Ironman, en un país donde estas pruebas mueven a miles de espectadores a seguir la competición.
Para volver a ver los carteles, los paneles de bienvenida a los que participamos en la prueba y a nuestros sufridos acompañantes.
Para pasear por la ciudad y cruzarnos con otros atletas, reconociéndonos unos a otros por el consabido brazalete, por una camiseta de finisher, por un físico que ofrece pocas dudas, aunque no sea en mi caso…
8 días:
Para sentir que esto es real, por el simple hecho de recoger tu dorsal.
Para rodar, correr o nadar un poco antes del día D, sonriendo a nuestros acompañantes, agradeciendo sus ánimos sincera pero mecánicamente, por estar ya con la mente en algún lugar entre el final del último entreno y los primeros golpes en el agua.
9 días:
Para que los ojos emulen el ritmo frenético de una fase REM tratando de no perder detalles de un mar de bicicletas que valen más que muchos coches y que nos hacen soñar despiertos durante el invierno, de camino a la piscina a las 7 de la mañana o en el Km. 15 de una salida larga, pensando cuantos minutos recortaríamos con esas ruedas…y lo bonitas que quedarían en nuestra querida burra.
10 días:
Para “despedirnos” de nuestros acompañantes, para decirles que todo irá bien, que no “forzaremos”, sabiendo que no será realmente así, que no hemos venido aquí para “intentar” nada, si no para “lograr” algo, sea lo que sea ese algo, y que eso es la esencia de este deporte.
Para volver a sentir los nervios de la salida en unos minutos, para sentir ese ambiente tan especial en boxes, para sentir como cada minuto nos acerca a ese momento que tememos y ansiamos al mismo tiempo y en la misma proporción.
Para experimentar esa sensación de tener todos y cada uno de nuestros sentidos en un solo objetivo, seguir avanzando lo más rápido posible, cueste lo que cueste.
10 días para dar las gracias.
Por haber sido paciente. Por haber renunciado a casi tanto como yo. Por haber aguantado mis miedos, mis obsesiones y mis interminables mono-debates sobre esas ruedas que giran solas. Por haber preguntado casi con naturalidad “cuando iremos al IM de Frankfurt?”.
Por que sin tí, este seria mi primer Half y no el segundo. Por creer más en mi de lo que yo mismo puedo hacerlo.
Gracias, gracias Amy, va a ser increíble correr y verte ahí a mi lado.
10 días para recordar.
Para recordar que hace prácticamente un año, quise creer mas que nunca que podía -que podíamos- lograrlo, y que por eso, a escasos metros de la línea de llegada, hice el gesto de mecer a un niño, dedicándole ese momento a mi pequeño, para decirle “esta vez sí Marco, esta vez lo vamos a conseguir…esta vez lo hemos conseguido”.
Para revivir el ambiente tan especial de un Half-Ironman, en un país donde estas pruebas mueven a miles de espectadores a seguir la competición.
Para volver a ver los carteles, los paneles de bienvenida a los que participamos en la prueba y a nuestros sufridos acompañantes.
Para pasear por la ciudad y cruzarnos con otros atletas, reconociéndonos unos a otros por el consabido brazalete, por una camiseta de finisher, por un físico que ofrece pocas dudas, aunque no sea en mi caso…
8 días:
Para sentir que esto es real, por el simple hecho de recoger tu dorsal.
Para rodar, correr o nadar un poco antes del día D, sonriendo a nuestros acompañantes, agradeciendo sus ánimos sincera pero mecánicamente, por estar ya con la mente en algún lugar entre el final del último entreno y los primeros golpes en el agua.
9 días:
Para que los ojos emulen el ritmo frenético de una fase REM tratando de no perder detalles de un mar de bicicletas que valen más que muchos coches y que nos hacen soñar despiertos durante el invierno, de camino a la piscina a las 7 de la mañana o en el Km. 15 de una salida larga, pensando cuantos minutos recortaríamos con esas ruedas…y lo bonitas que quedarían en nuestra querida burra.
10 días:
Para “despedirnos” de nuestros acompañantes, para decirles que todo irá bien, que no “forzaremos”, sabiendo que no será realmente así, que no hemos venido aquí para “intentar” nada, si no para “lograr” algo, sea lo que sea ese algo, y que eso es la esencia de este deporte.
Para volver a sentir los nervios de la salida en unos minutos, para sentir ese ambiente tan especial en boxes, para sentir como cada minuto nos acerca a ese momento que tememos y ansiamos al mismo tiempo y en la misma proporción.
Para experimentar esa sensación de tener todos y cada uno de nuestros sentidos en un solo objetivo, seguir avanzando lo más rápido posible, cueste lo que cueste.
10 días para dar las gracias.
Por haber sido paciente. Por haber renunciado a casi tanto como yo. Por haber aguantado mis miedos, mis obsesiones y mis interminables mono-debates sobre esas ruedas que giran solas. Por haber preguntado casi con naturalidad “cuando iremos al IM de Frankfurt?”.
Por que sin tí, este seria mi primer Half y no el segundo. Por creer más en mi de lo que yo mismo puedo hacerlo.
Gracias, gracias Amy, va a ser increíble correr y verte ahí a mi lado.
10 días para recordar.
Para recordar que hace prácticamente un año, quise creer mas que nunca que podía -que podíamos- lograrlo, y que por eso, a escasos metros de la línea de llegada, hice el gesto de mecer a un niño, dedicándole ese momento a mi pequeño, para decirle “esta vez sí Marco, esta vez lo vamos a conseguir…esta vez lo hemos conseguido”.
domingo, 27 de julio de 2008
HTFU
Lo suyo habría sido titular esta entrada “Triatlón Sprint de Barcelona”, pero un titulo así tendría el inconveniente de no haber recogido la esencia de las conclusiones que de esta prueba he sacado.
Resumiré rápidamente (es un decir) el desarrollo de la prueba:
Buenas sensaciones en el agua a pesar de haber sido sin lugar a dudas la natación más física de mi corta carrera en este deporte.
En la natación, la línea recta no es solo la distancia más corta entre dos puntos, sino la mejor forma de organizar un combate pugilístico del estilo “yo contra el resto del mundo”.
Brazadas por encima de otros triatletas, intercambio de golpes varios, un par de golpes directos (recibidos) en la nasal, el clásico día en la oficina de un triatlón…
El hecho es que a pesar de esas buenas sensaciones y de haber hecho todo el drafting posible, al mirar el crono veo unos desconcertantes 19 min. (?), mientras que siempre suelo estar sobre los 15 min.
Menudo shock, 2 min. peor que el año pasado, que ya fue malo de por sí, algo que personalmente achaco a que una vez más la natación tenga más metros que esos 750 m oficiales.
Transición y al fin algo positivo a destacar, salgo descalzo, con los zapatos en los pedales y consigo por primera vez ponérmelos en movimiento.
Empiezo a dar pedales y al cabo de unos 200 metros la cadena decide expresar su incompatibilidad de caracteres con el plato grande, y se sale del mismo….estupendo! que gran día para la Tortuga…
Vuelvo a colocarla y sigo.
Todo la prueba de bici fue una repetición del año pasado, demasiado lejos de un buen grupo y cuando alcanzo alguno, los paso en las rectas y los pierdo a la mínima curva, cosa que al final me lleva a acabar el recorrido en solitario.
El cuenta kilómetros se tomó el día libre y no funcionó de principio a fin, otro gran éxito en la lista del día.
Transición nefasta y continuando con la mañanita triunfal empiezo la carrera, piernas como piedras pero espero ir cogiendo el ritmo, cosa que conseguí y por lo que me felicito…lástima que no fuera el buen ritmo…
La parte de carrera a pie se me hizo más larga que el año pasado, tal vez porque simplemente era más larga, algo que hay que “agradecer” a la (des)organización...
1:24:53 oficiales. Prácticamente 10 min. más que el año pasado…
Puedo aceptar que no estuviera bien pero, vamos a ver, en un sprint 10 min. son un mundo, algo así como si de repente en la final del 100 m en vez de 9seg y pico todo el mundo acabara en 13 seg.…imaginemos por un momento la cara que se le quedaría al público…pues esa cara se me quedó a mi.
Cuando ves que el año pasado los 27 primeros estuvieron bajo la hora y que este año solo 7, estando todos los “sospechosos habituales” en estas pruebas, no hace falta ser un genio para deducir que hemos hecho más distancia. Y si miráis los tiempos de los primeros, entre un año y otro han ido varios min. más lentos, parece que todos hemos empeorado en este último año…
Tal vez sea hora de empezar a exigir que se midan correctamente las distancias en estas pruebas.
Pero como decía al principio de este “corto” resumen (risas), esa no es la principal conclusión que extraigo de esta prueba.
Cuando las cosas no van como uno quiere, cuando todo se hace cuesta arriba y parece que el más mínimo logro va a exigirnos algo que pensamos no tener en nosotros, cuando ese momento llega, en triatlón o en la vida de cada día, llega la hora de luchar y pelear cada minuto, olvidando por un momento objetivos, tiempos, mejores marcas personales, etc., etc.…
Independientemente del resultado la lucha validará nuestro esfuerzo y nos hará dignos ante la derrota o exultar en la victoria…
Es el momento de HTFU...
Harden The Fuck Up!!!
Resumiré rápidamente (es un decir) el desarrollo de la prueba:
Buenas sensaciones en el agua a pesar de haber sido sin lugar a dudas la natación más física de mi corta carrera en este deporte.
En la natación, la línea recta no es solo la distancia más corta entre dos puntos, sino la mejor forma de organizar un combate pugilístico del estilo “yo contra el resto del mundo”.
Brazadas por encima de otros triatletas, intercambio de golpes varios, un par de golpes directos (recibidos) en la nasal, el clásico día en la oficina de un triatlón…
El hecho es que a pesar de esas buenas sensaciones y de haber hecho todo el drafting posible, al mirar el crono veo unos desconcertantes 19 min. (?), mientras que siempre suelo estar sobre los 15 min.
Menudo shock, 2 min. peor que el año pasado, que ya fue malo de por sí, algo que personalmente achaco a que una vez más la natación tenga más metros que esos 750 m oficiales.
Transición y al fin algo positivo a destacar, salgo descalzo, con los zapatos en los pedales y consigo por primera vez ponérmelos en movimiento.
Empiezo a dar pedales y al cabo de unos 200 metros la cadena decide expresar su incompatibilidad de caracteres con el plato grande, y se sale del mismo….estupendo! que gran día para la Tortuga…
Vuelvo a colocarla y sigo.
Todo la prueba de bici fue una repetición del año pasado, demasiado lejos de un buen grupo y cuando alcanzo alguno, los paso en las rectas y los pierdo a la mínima curva, cosa que al final me lleva a acabar el recorrido en solitario.
El cuenta kilómetros se tomó el día libre y no funcionó de principio a fin, otro gran éxito en la lista del día.
Transición nefasta y continuando con la mañanita triunfal empiezo la carrera, piernas como piedras pero espero ir cogiendo el ritmo, cosa que conseguí y por lo que me felicito…lástima que no fuera el buen ritmo…
La parte de carrera a pie se me hizo más larga que el año pasado, tal vez porque simplemente era más larga, algo que hay que “agradecer” a la (des)organización...
1:24:53 oficiales. Prácticamente 10 min. más que el año pasado…
Puedo aceptar que no estuviera bien pero, vamos a ver, en un sprint 10 min. son un mundo, algo así como si de repente en la final del 100 m en vez de 9seg y pico todo el mundo acabara en 13 seg.…imaginemos por un momento la cara que se le quedaría al público…pues esa cara se me quedó a mi.
Cuando ves que el año pasado los 27 primeros estuvieron bajo la hora y que este año solo 7, estando todos los “sospechosos habituales” en estas pruebas, no hace falta ser un genio para deducir que hemos hecho más distancia. Y si miráis los tiempos de los primeros, entre un año y otro han ido varios min. más lentos, parece que todos hemos empeorado en este último año…
Tal vez sea hora de empezar a exigir que se midan correctamente las distancias en estas pruebas.
Pero como decía al principio de este “corto” resumen (risas), esa no es la principal conclusión que extraigo de esta prueba.
Cuando las cosas no van como uno quiere, cuando todo se hace cuesta arriba y parece que el más mínimo logro va a exigirnos algo que pensamos no tener en nosotros, cuando ese momento llega, en triatlón o en la vida de cada día, llega la hora de luchar y pelear cada minuto, olvidando por un momento objetivos, tiempos, mejores marcas personales, etc., etc.…
Independientemente del resultado la lucha validará nuestro esfuerzo y nos hará dignos ante la derrota o exultar en la victoria…
Es el momento de HTFU...
Harden The Fuck Up!!!
jueves, 17 de julio de 2008
Próxima parada Sprint de BCN.
Se trata de una prueba que me gusta particularmente porque:
a) Mi sponsor Mucho Malo me paga todos los gastos
b) Se desplazan del orden de 200 personas para gritar mi nombre
c) Cada vez estoy más cerca de batir el record del circuito en la bici
d) Ninguna de las anteriores pero, a que molaría?
Dejando de lado las habituales sandeces que componen rutinariamente este blog, decir que esta prueba se celebra en nuestra ciudad, hace buen tiempo, el recorrido me conviene, la participación es la más elevada de una prueba de este formato en España, y si un día puedo seleccionar la a) del anterior párrafo (y cobrarme los atrasos) será LA prueba del año, al menos contractualmente hablando.
Mi estado físico ante esta cita es similar al del mercado bursátil, incierto. Al más puro estilo gallego diría que, ni estoy bien ni estoy tan mal como hace una semana. Para una explicación que aporte algún elemento científico fiable tendremos que esperar los resultados de mi última analítica, que debería tener hoy mismo.
Mi analítica es particularmente interesante cuando uno se para a pensar la principal diferencia entre un Pro y yo, la velocidad?, la resistencia? Fuerza? No, nada de eso, la diferencia radica en que a ellos les preocupa lo que puedan encontrar en su sangre y a mi lo que podrían no encontrarme, empezando por el Hierro por ejemplo.
Volviendo al Sprint en si mismo, y como nada supera a hacer previsiones y luego no cumplirlas cuando se trata de reírse un rato o llorar amargamente, ahí van las cábalas de la Tortuga:
Natación: Si son realmente 750m diría 15mins justos, pero no caerá esa breva.
Bici: objetivo mínimo a alcanzar 33km/ h, lo que supondría 36:21
Carrera: 20 mins
Total: 1:11:21 sin tener cuenta de la transiciones porque…
a) Volaré literalmente en Boxes
b) Si las cuento me baja la marca
c) No, en serio, voy a ir muy rápido…
d) Van incluidas en los tiempos previstos o eso me gusta pensar.
Mención especial para Montsiki, que se estrena en formato Super-Sprint y a la que deseo mucha suerte el domingo y una bici de carretera para el año que viene…
Pero sobretodo, un beso enorme a mi pequeño Marco que cumplirá 6 meses ese día…182 días de felicidad baby…
a) Mi sponsor Mucho Malo me paga todos los gastos
b) Se desplazan del orden de 200 personas para gritar mi nombre
c) Cada vez estoy más cerca de batir el record del circuito en la bici
d) Ninguna de las anteriores pero, a que molaría?
Dejando de lado las habituales sandeces que componen rutinariamente este blog, decir que esta prueba se celebra en nuestra ciudad, hace buen tiempo, el recorrido me conviene, la participación es la más elevada de una prueba de este formato en España, y si un día puedo seleccionar la a) del anterior párrafo (y cobrarme los atrasos) será LA prueba del año, al menos contractualmente hablando.
Mi estado físico ante esta cita es similar al del mercado bursátil, incierto. Al más puro estilo gallego diría que, ni estoy bien ni estoy tan mal como hace una semana. Para una explicación que aporte algún elemento científico fiable tendremos que esperar los resultados de mi última analítica, que debería tener hoy mismo.
Mi analítica es particularmente interesante cuando uno se para a pensar la principal diferencia entre un Pro y yo, la velocidad?, la resistencia? Fuerza? No, nada de eso, la diferencia radica en que a ellos les preocupa lo que puedan encontrar en su sangre y a mi lo que podrían no encontrarme, empezando por el Hierro por ejemplo.
Volviendo al Sprint en si mismo, y como nada supera a hacer previsiones y luego no cumplirlas cuando se trata de reírse un rato o llorar amargamente, ahí van las cábalas de la Tortuga:
Natación: Si son realmente 750m diría 15mins justos, pero no caerá esa breva.
Bici: objetivo mínimo a alcanzar 33km/ h, lo que supondría 36:21
Carrera: 20 mins
Total: 1:11:21 sin tener cuenta de la transiciones porque…
a) Volaré literalmente en Boxes
b) Si las cuento me baja la marca
c) No, en serio, voy a ir muy rápido…
d) Van incluidas en los tiempos previstos o eso me gusta pensar.
Mención especial para Montsiki, que se estrena en formato Super-Sprint y a la que deseo mucha suerte el domingo y una bici de carretera para el año que viene…
Pero sobretodo, un beso enorme a mi pequeño Marco que cumplirá 6 meses ese día…182 días de felicidad baby…

miércoles, 16 de julio de 2008
miércoles, 9 de julio de 2008
No vamos bien...
Pues no, no vamos bien, y me duele reconocerlo.
He tratado de esconder un poco la cabeza, de auto convencerme de que solo se me había atascado el B de Banyoles un poco más de la cuenta, pero la verdad es que estoy por los suelos a nivel de energía. Y claro así cualquiera afronta la recta final antes del gran objetivo del año.
A poco más de una semana vista del Sprint de Barcelona, mis objetivos de acercarme o bajar de la barrera del 1h10 (eso ha sido una risa?) parecen esfumarse por momentos.
Tras una semana en blanco, esta apenas pinta algo mejor, aunque estoy intentando meter horas al menos. De alguna forma hay que parar la sangría, así que mañana al salir del calabozo, digo de la oficina, directos al médico.
Aunque quede raro, con un poco de "suerte" solo tendré anemia, si no es mi día tal vez sea un Virus, y si realmente tengo la negra no tendré nada y entonces si que tendré un problema para explicarme todo esto...
He tratado de esconder un poco la cabeza, de auto convencerme de que solo se me había atascado el B de Banyoles un poco más de la cuenta, pero la verdad es que estoy por los suelos a nivel de energía. Y claro así cualquiera afronta la recta final antes del gran objetivo del año.
A poco más de una semana vista del Sprint de Barcelona, mis objetivos de acercarme o bajar de la barrera del 1h10 (eso ha sido una risa?) parecen esfumarse por momentos.
Tras una semana en blanco, esta apenas pinta algo mejor, aunque estoy intentando meter horas al menos. De alguna forma hay que parar la sangría, así que mañana al salir del calabozo, digo de la oficina, directos al médico.
Aunque quede raro, con un poco de "suerte" solo tendré anemia, si no es mi día tal vez sea un Virus, y si realmente tengo la negra no tendré nada y entonces si que tendré un problema para explicarme todo esto...
viernes, 4 de julio de 2008
Duro ?
Recientemente y sin venir particularmente a cuento me vino a la cabeza una reflexión sobre el deporte que consume mis horas libres, y lo que es peor, las horas libres de las personas más importantes en mi vida, aunque eso merece una entrada a parte, que a buen seguro publicaré un día.
Lo cierto es que no puedo decir con seguridad a quien debo atribuir la autoria de tal reflexión, si al hemisferio izquierdo de mi cerebro, responsable de nuestra parte analítica o al derecho que englobaría las actividades asociadas al inconsciente.
Es más, por un momento dudé incluso que esa reflexión viniera de mi cerebro teniendo en cuenta que dicha reflexión me vino tras la habitual jornada laboral (lo que descarta automáticamente cualquier pensamiento por sencillo que sea) por lo que, tras descartar la intervención divina, no dudé en adjudicar dicha idea a una inexplicable casualidad.
Antes de que mi escasa pero fiel audiencia empiece a impacientarse y pedir que se me azote en la plaza publica o algo peor (no, sin bici una semana no, por favor…) por dar tantas vueltas alrededor del tema, os diré de que se trata.
El triatlón es el único deporte del mundo donde sufrimiento físico y sufrimiento económico van cogidos de la mano.
Os desafío, sois inteligentes, tenéis estudios, Internet…algunos incluso las tres cosas a la vez.
Decidme que otro deporte podría batir al Tri en esta categoría?
Sufrimos durante horas en el agua, sobre nuestras bicis o el duro asfalto y para ello estamos dispuestos a hipotecar por tercera vez esa casa que no tenemos por una nueva bici, neopreno, rueda aerodinámica, pulsometro de última generación o inscripción a un Ironman en el que ni siquiera podemos tener la certeza absoluta de acabar.
Empecemos por los deportes caros, por que es aquí donde claramente alcanzaremos el clímax de la risa más rápidamente.
Hípica, Polo?
Indudablemente tener un caballo conlleva ciertos gastos, pero el mayor esfuerzo físico lo proporciona el caballo, por no hablar de que su única recompensa será un puñado de forraje, mientras que el que se forrará realmente será el jinete (de hecho ya están forrados antes de competir…).
Golf ? Aquí alcanzamos el cenit de la relación “más caro/menos esfuerzo”.
No llevan ni su propio material, para eso está el caddy, ni siquiera recorren el terreno donde practican su “deporte”, para eso tienen esos ridículos cochecitos.
Eso sí, los precios y la pijotería por el material igualan o superan a los del mundillo ciclista. En cuanto a lo que cobran no entraré en detalles para evitar cortes de digestión innecesarios.
Formula 1?
De acuerdo, aquí es claramente más duro a nivel físico pero, seamos sinceros, lo realmente duro seria que tuvieran que pagar ellos mismos la gasolina que consumen teniendo en cuenta el precio actual del barril. Aunque visto lo que cobran, tampoco seria una heroicidad excepto, claro está, si modificáramos el reglamento de la FIA y pasaran a convertirse en “mileuristas”. Con esto lograríamos un mayor acercamiento de la afición así como una indudable rebaja de los (injustificados) humos de algunos de sus corredores.
En cuanto a los verdaderos deportes duros, Boxeo, Artes marciales, Asalariado, Gladiador en tiempos de Nerón,...
…recordemos que la condición primordial para que se les considere duros es que sus practicantes deben tener un ciclo vital corto y preferiblemente miserable que, básicamente, es incompatible con grandes gastos en material.
En realidad el material de esos deportes se suele transmitir entre sus participantes…cuando cae uno el otro recoge sus bártulos.
Disculpad pero ahora tengo que ir a ver esas dichosas ruedas de carbono….
Lo cierto es que no puedo decir con seguridad a quien debo atribuir la autoria de tal reflexión, si al hemisferio izquierdo de mi cerebro, responsable de nuestra parte analítica o al derecho que englobaría las actividades asociadas al inconsciente.
Es más, por un momento dudé incluso que esa reflexión viniera de mi cerebro teniendo en cuenta que dicha reflexión me vino tras la habitual jornada laboral (lo que descarta automáticamente cualquier pensamiento por sencillo que sea) por lo que, tras descartar la intervención divina, no dudé en adjudicar dicha idea a una inexplicable casualidad.
Antes de que mi escasa pero fiel audiencia empiece a impacientarse y pedir que se me azote en la plaza publica o algo peor (no, sin bici una semana no, por favor…) por dar tantas vueltas alrededor del tema, os diré de que se trata.
El triatlón es el único deporte del mundo donde sufrimiento físico y sufrimiento económico van cogidos de la mano.
Os desafío, sois inteligentes, tenéis estudios, Internet…algunos incluso las tres cosas a la vez.
Decidme que otro deporte podría batir al Tri en esta categoría?
Sufrimos durante horas en el agua, sobre nuestras bicis o el duro asfalto y para ello estamos dispuestos a hipotecar por tercera vez esa casa que no tenemos por una nueva bici, neopreno, rueda aerodinámica, pulsometro de última generación o inscripción a un Ironman en el que ni siquiera podemos tener la certeza absoluta de acabar.
Empecemos por los deportes caros, por que es aquí donde claramente alcanzaremos el clímax de la risa más rápidamente.
Hípica, Polo?
Indudablemente tener un caballo conlleva ciertos gastos, pero el mayor esfuerzo físico lo proporciona el caballo, por no hablar de que su única recompensa será un puñado de forraje, mientras que el que se forrará realmente será el jinete (de hecho ya están forrados antes de competir…).
Golf ? Aquí alcanzamos el cenit de la relación “más caro/menos esfuerzo”.
No llevan ni su propio material, para eso está el caddy, ni siquiera recorren el terreno donde practican su “deporte”, para eso tienen esos ridículos cochecitos.
Eso sí, los precios y la pijotería por el material igualan o superan a los del mundillo ciclista. En cuanto a lo que cobran no entraré en detalles para evitar cortes de digestión innecesarios.
Formula 1?
De acuerdo, aquí es claramente más duro a nivel físico pero, seamos sinceros, lo realmente duro seria que tuvieran que pagar ellos mismos la gasolina que consumen teniendo en cuenta el precio actual del barril. Aunque visto lo que cobran, tampoco seria una heroicidad excepto, claro está, si modificáramos el reglamento de la FIA y pasaran a convertirse en “mileuristas”. Con esto lograríamos un mayor acercamiento de la afición así como una indudable rebaja de los (injustificados) humos de algunos de sus corredores.
En cuanto a los verdaderos deportes duros, Boxeo, Artes marciales, Asalariado, Gladiador en tiempos de Nerón,...
…recordemos que la condición primordial para que se les considere duros es que sus practicantes deben tener un ciclo vital corto y preferiblemente miserable que, básicamente, es incompatible con grandes gastos en material.
En realidad el material de esos deportes se suele transmitir entre sus participantes…cuando cae uno el otro recoge sus bártulos.
Disculpad pero ahora tengo que ir a ver esas dichosas ruedas de carbono….
Toni Garcia.
El pasado Domingo se celebró el triatlón distancia B de Banyoles, en el que desgraciadamente nuestro compañero Toni Garcia sufrió una parada cardio-respiratoria.
Con gran tristeza supe ayer que no pudo salir del coma inducido y falleció.
Mi más sentido pésame a su mujer e hijos en un momento tan triste para todos.
Con gran tristeza supe ayer que no pudo salir del coma inducido y falleció.
Mi más sentido pésame a su mujer e hijos en un momento tan triste para todos.
lunes, 30 de junio de 2008
Esfuerzo A, distancia B...de Banyoles
5.10 AM, me despierto y no me cabe duda de que ya no volveré a dormirme antes de que el odiado despertador cumpla con su ingrata función. Trato de relajarme y descansar hasta entonces.
Tras levantarme y vestirme con el “traje de luces” me voy a hacer los últimos preparativos a la bici.
Todo parece en regla, hasta que me doy cuenta de que el freno trasero no funciona. No, no es que no vaya fino, es que está completamente bloqueada la maneta de freno y se ha convertido en un simpático elemento decorativo.
Superada la tentación de cortar el otro cable de freno (recordad que en este deporte “cuanto más difícil, mejor”) me dirijo a Boxes.
Parece que los nervios se han presentado de golpe a mi puerta, supongo que simplemente se debe a que mi físico de jirafa pálida y muscularmente poco definida desentona de alguna forma con el entorno que me rodea.
Tampoco ayuda ver bicis recién salidas de la NASA y ruedas de perfil por doquier, inevitablemente uno se dice que no llevas ese tipo de material si eres lento como un servidor, casi me da por pensar que es mejor así porque no quiero coger un resfriado cuando alguien me pase a toda castaña pero justo entonces recuerdo que, añadiendo el insulto a la ofensa, serán justamente ellos los que saldrán del agua un buen puñado de minutos antes que yo…
Me dirijo al agua y caliento un poco, la temperatura es agradable y se agradece porque no vamos a poder usar neopreno.
Tras la ya tradicional salida caótica, empieza la fiesta y parece que por una vez el que le da al botón de la lavadora no ha activado el programa de centrifugado, aún así tras la primera boya parece que llevo a un amigo en cola.
Inicialmente me da por pensar que debe ser un antiguo compañero de clase que se ha acordado de mí, pero no hay duda de que debe ser podólogo o un fetichista enfermizo por que su obsesión por mis pies roza lo absurdo.
Antes de que eleve el arte del Drafting a agarrarse de mis tobillos para que lo remolque, decido recordarle amablemente mediante unos bateos de pies extra que si sigue por ahí será mi turno de ejercer como médico en la especialidad de cirugía plástica, y ofrecerle una reconstrucción gratuita de la nariz.
Debe tener la agenda bastante cargada porque a los pocos segundos me deja en paz, seguramente otro cliente necesita sus atenciones.
Resto de la natación relativamente cómoda, tanto que salgo en más de 50 mins, está claro que a defecto de sentirme rápido me he debido sentir muy a gusto en el agua…
Es hora de arreglar el desaguisado, dirección Boxes para subirme a la bici (“burra” me parece algo despectivo por tradicional que sea en el mundillo).
Al poco tiempo empieza a subir, pero como pronto podré comprobar, no hay ninguna subida extrema y tampoco son demasiado largas.
El principal problema radica en la hidratación y es que el Sr. Lorenzo ha decidido apretarnos las tuercas a todos.
En poco tiempo me quedo sin agua y pasará un cierto tiempo antes de que pueda repostar en vuelo.
Que conste que cuando digo eso no quiero decir que “vuele” en la bici, me refiero más bien a coger esos ansiados botellines de agua sin parar y bajar de la bici, algo con lo que tengo algunos problemillas todavía y que algún día le costarán un buen susto a los voluntarios.
En cualquier caso sigo a lo mio y al final de la primera vuelta veo que voy 5 mins por debajo de lo esperado, vamos que no hacia falta tanto para decidirme a apretar los dientes e intentar hacer al menos lo mismo en la segunda.
Durante esa segunda vuelto paso a algunos y en un alarde de cortesía y buenas formas nadie se priva por hacer lo mismo conmigo, que majos, que bonito detalle, no hacia falta, de verdad…!
Veo a un chico cambiando su rueda y no puedo evitar pensar que si me pasa a mi no llevo recambio. Nota personal: jugar a la ruleta rusa en un Tri distancia B es una mala idea, ni te cuento si he de volver arrastrando la bici 30 Km. y caminando descalzo (andar con zapatillas de calas es igual de cómodo que cuando a una chica se le rompe un tacón y tiene que volver a casa sin taxis a la vista…).
Con la dignidad que me caracteriza aguanto estoicamente las ultimas subidas y aprovecho al máximo las bajadas, para plantarme en Boxes en 2h30, 10 mins menos del objetivo, cosa que me recuerda eufórica Montsiki, que ha logrado milagrosamente no derretirse bajo el sol.
Transición al estilo tiempo bala de Matrix donde uno se mueve muuyyy lentamente a pesar de que el tiempo transcurre implacable.
OK, llega el momento de la verdad, ese donde encomiendas tu alma al Diablo y se la dejas a buen precio a cambio de que simplemente no duela demasiado…la carrera a pie.
El calor me hace intuir que ya está, el agujero en la capa de ozono se ha materializado sobre Banyoles.
Las piernas duelen de lo lindo y al poco de empezar la fiesta se me contractura el cuadriceps derecho, ya solo falta esperar al hombre del mazo, casi puedo oírlo llamando a la puerta…
Son 3 vueltas de 6,7 Km., que parecen estirarse a medida que va pasando el tiempo.
Los avituallamientos se convierten en una especie de concurso de Mister camiseta mojada, mi firme compromiso con el planeta por ahorrar agua se viene abajo y no dudo en vaciarme por encima un botellín o dos para refrescarme, amén de la bebida isotónica que, cuidadosamente, evito verter sobre la cabeza por detestar ese look pegajoso que tanto me desfavorece.
Mientras tanto, Montsiki se ha puesto entre ceja y ceja salvar mi piel del envejecimiento prematuro y me provee de agua entre puesto y puesto, cosa que podría haberme costado la descalificación y desconocía, menos mal que los jueces no se atreven a salir de debajo de los toldos, prueba irrefutable de que son humanos.
Empieza la tercera y ultima vuelta.
Por un momento creo firmemente que ya no hay riesgo de ponerse a andar y eso parece animarme tanto como para subir un poco el ritmo.
Tras una zona de sombra, llegamos a una larga recta en subida, momento en el que el hombre del mazo sale de la nada para sacudirme hasta quedarse a gusto.
Sin duda me la tiene jurada desde hace tiempo, porque se ensaña con indudable alevosía.
En un rápida y precisa evaluación de los daños, debo escoger entre explotar y arrastrarme durante el resto de la prueba o recomponerme como esas chicas que van al baño para “hacerse unos arreglos”, así que decido echar el freno de mano y dar un respiro a mi pobre músculo cardiaco al que he estado estresando durante unas 5 horas ya.
Las piernas se suman al jolgorio general y parecen agradecer mi sabia decisión.
Pierden el tiempo por que ya preparo mi vuelta al ruedo, y a los pocos minutos decido volver a echar leña a la caldera, vuelta a trotar, “correr” es otra cosa.
Se acerca el ultimo Km., ese en el que tradicionalmente la perspectiva de cruzar la línea te hace recordar que tienes unas piernas de repuesto y que puedes volver a trotar “allegro ma non troppo”.
Paso a un tío que camina, parece corresponder al tipo de triatleta con el que solo me cruzo después de la llegada, en el área de descanso, él ya duchado y yo recién llegado.
Lo animo y le digo algo del estilo “ánimos, venga” tan socorrido para estas ocasiones por mucho que no implique nada más (como si me fuera a parar a esperarlo o algo así…).
Unos cien metros más adelante, recibo mi justo castigo por tanta hipocresía y el Dios de la larga distancia me gratifica con una rampa del trece en el isquio. Me quedo casi clavado, momento que aprovecha el triatleta al que he pasado (y animado) para pasarme sin piedad y escasa consideración, ni una sola palabra por su parte, en el fondo resultará que no soy tan mala persona.
No puedo evitar pensar que la próxima vez seria mejor asegurarme de “acabarlo” mientras todavía anda, pero en la batalla entre el bien y el mal gana el ángel que llevo dentro y decido que tras “acabarlo” echaré un poco de hierba por encima, para que parezca un accidente…
Miro el crono y veo que un esfuerzo más y todavía puedo pasar por debajo de 5.30 h, lo que acabo por conseguir para cerrar la jornada con un 5:26 que me deja un considerable buen sabor de boca.
Natación justita, buena bici y carrera decente, vamos por buen camino para mejorar el tiempo de Wiesbaden 07.
Tras levantarme y vestirme con el “traje de luces” me voy a hacer los últimos preparativos a la bici.
Todo parece en regla, hasta que me doy cuenta de que el freno trasero no funciona. No, no es que no vaya fino, es que está completamente bloqueada la maneta de freno y se ha convertido en un simpático elemento decorativo.
Superada la tentación de cortar el otro cable de freno (recordad que en este deporte “cuanto más difícil, mejor”) me dirijo a Boxes.
Parece que los nervios se han presentado de golpe a mi puerta, supongo que simplemente se debe a que mi físico de jirafa pálida y muscularmente poco definida desentona de alguna forma con el entorno que me rodea.
Tampoco ayuda ver bicis recién salidas de la NASA y ruedas de perfil por doquier, inevitablemente uno se dice que no llevas ese tipo de material si eres lento como un servidor, casi me da por pensar que es mejor así porque no quiero coger un resfriado cuando alguien me pase a toda castaña pero justo entonces recuerdo que, añadiendo el insulto a la ofensa, serán justamente ellos los que saldrán del agua un buen puñado de minutos antes que yo…
Me dirijo al agua y caliento un poco, la temperatura es agradable y se agradece porque no vamos a poder usar neopreno.
Tras la ya tradicional salida caótica, empieza la fiesta y parece que por una vez el que le da al botón de la lavadora no ha activado el programa de centrifugado, aún así tras la primera boya parece que llevo a un amigo en cola.
Inicialmente me da por pensar que debe ser un antiguo compañero de clase que se ha acordado de mí, pero no hay duda de que debe ser podólogo o un fetichista enfermizo por que su obsesión por mis pies roza lo absurdo.
Antes de que eleve el arte del Drafting a agarrarse de mis tobillos para que lo remolque, decido recordarle amablemente mediante unos bateos de pies extra que si sigue por ahí será mi turno de ejercer como médico en la especialidad de cirugía plástica, y ofrecerle una reconstrucción gratuita de la nariz.
Debe tener la agenda bastante cargada porque a los pocos segundos me deja en paz, seguramente otro cliente necesita sus atenciones.
Resto de la natación relativamente cómoda, tanto que salgo en más de 50 mins, está claro que a defecto de sentirme rápido me he debido sentir muy a gusto en el agua…
Es hora de arreglar el desaguisado, dirección Boxes para subirme a la bici (“burra” me parece algo despectivo por tradicional que sea en el mundillo).
Al poco tiempo empieza a subir, pero como pronto podré comprobar, no hay ninguna subida extrema y tampoco son demasiado largas.
El principal problema radica en la hidratación y es que el Sr. Lorenzo ha decidido apretarnos las tuercas a todos.
En poco tiempo me quedo sin agua y pasará un cierto tiempo antes de que pueda repostar en vuelo.
Que conste que cuando digo eso no quiero decir que “vuele” en la bici, me refiero más bien a coger esos ansiados botellines de agua sin parar y bajar de la bici, algo con lo que tengo algunos problemillas todavía y que algún día le costarán un buen susto a los voluntarios.
En cualquier caso sigo a lo mio y al final de la primera vuelta veo que voy 5 mins por debajo de lo esperado, vamos que no hacia falta tanto para decidirme a apretar los dientes e intentar hacer al menos lo mismo en la segunda.
Durante esa segunda vuelto paso a algunos y en un alarde de cortesía y buenas formas nadie se priva por hacer lo mismo conmigo, que majos, que bonito detalle, no hacia falta, de verdad…!
Veo a un chico cambiando su rueda y no puedo evitar pensar que si me pasa a mi no llevo recambio. Nota personal: jugar a la ruleta rusa en un Tri distancia B es una mala idea, ni te cuento si he de volver arrastrando la bici 30 Km. y caminando descalzo (andar con zapatillas de calas es igual de cómodo que cuando a una chica se le rompe un tacón y tiene que volver a casa sin taxis a la vista…).
Con la dignidad que me caracteriza aguanto estoicamente las ultimas subidas y aprovecho al máximo las bajadas, para plantarme en Boxes en 2h30, 10 mins menos del objetivo, cosa que me recuerda eufórica Montsiki, que ha logrado milagrosamente no derretirse bajo el sol.
Transición al estilo tiempo bala de Matrix donde uno se mueve muuyyy lentamente a pesar de que el tiempo transcurre implacable.
OK, llega el momento de la verdad, ese donde encomiendas tu alma al Diablo y se la dejas a buen precio a cambio de que simplemente no duela demasiado…la carrera a pie.
El calor me hace intuir que ya está, el agujero en la capa de ozono se ha materializado sobre Banyoles.
Las piernas duelen de lo lindo y al poco de empezar la fiesta se me contractura el cuadriceps derecho, ya solo falta esperar al hombre del mazo, casi puedo oírlo llamando a la puerta…
Son 3 vueltas de 6,7 Km., que parecen estirarse a medida que va pasando el tiempo.
Los avituallamientos se convierten en una especie de concurso de Mister camiseta mojada, mi firme compromiso con el planeta por ahorrar agua se viene abajo y no dudo en vaciarme por encima un botellín o dos para refrescarme, amén de la bebida isotónica que, cuidadosamente, evito verter sobre la cabeza por detestar ese look pegajoso que tanto me desfavorece.
Mientras tanto, Montsiki se ha puesto entre ceja y ceja salvar mi piel del envejecimiento prematuro y me provee de agua entre puesto y puesto, cosa que podría haberme costado la descalificación y desconocía, menos mal que los jueces no se atreven a salir de debajo de los toldos, prueba irrefutable de que son humanos.
Empieza la tercera y ultima vuelta.
Por un momento creo firmemente que ya no hay riesgo de ponerse a andar y eso parece animarme tanto como para subir un poco el ritmo.
Tras una zona de sombra, llegamos a una larga recta en subida, momento en el que el hombre del mazo sale de la nada para sacudirme hasta quedarse a gusto.
Sin duda me la tiene jurada desde hace tiempo, porque se ensaña con indudable alevosía.
En un rápida y precisa evaluación de los daños, debo escoger entre explotar y arrastrarme durante el resto de la prueba o recomponerme como esas chicas que van al baño para “hacerse unos arreglos”, así que decido echar el freno de mano y dar un respiro a mi pobre músculo cardiaco al que he estado estresando durante unas 5 horas ya.
Las piernas se suman al jolgorio general y parecen agradecer mi sabia decisión.
Pierden el tiempo por que ya preparo mi vuelta al ruedo, y a los pocos minutos decido volver a echar leña a la caldera, vuelta a trotar, “correr” es otra cosa.
Se acerca el ultimo Km., ese en el que tradicionalmente la perspectiva de cruzar la línea te hace recordar que tienes unas piernas de repuesto y que puedes volver a trotar “allegro ma non troppo”.
Paso a un tío que camina, parece corresponder al tipo de triatleta con el que solo me cruzo después de la llegada, en el área de descanso, él ya duchado y yo recién llegado.
Lo animo y le digo algo del estilo “ánimos, venga” tan socorrido para estas ocasiones por mucho que no implique nada más (como si me fuera a parar a esperarlo o algo así…).
Unos cien metros más adelante, recibo mi justo castigo por tanta hipocresía y el Dios de la larga distancia me gratifica con una rampa del trece en el isquio. Me quedo casi clavado, momento que aprovecha el triatleta al que he pasado (y animado) para pasarme sin piedad y escasa consideración, ni una sola palabra por su parte, en el fondo resultará que no soy tan mala persona.
No puedo evitar pensar que la próxima vez seria mejor asegurarme de “acabarlo” mientras todavía anda, pero en la batalla entre el bien y el mal gana el ángel que llevo dentro y decido que tras “acabarlo” echaré un poco de hierba por encima, para que parezca un accidente…
Miro el crono y veo que un esfuerzo más y todavía puedo pasar por debajo de 5.30 h, lo que acabo por conseguir para cerrar la jornada con un 5:26 que me deja un considerable buen sabor de boca.
Natación justita, buena bici y carrera decente, vamos por buen camino para mejorar el tiempo de Wiesbaden 07.
viernes, 27 de junio de 2008
Con B de...Banyoles
Poco más de un día antes de afrontar el Triatlón B de Banyoles (2,2 Km. natación/80 Km. bici/20 Km. carrera).
En mi preparación de cara a afrontar el reto de Frankfurt 2009, tres pruebas son clave en 2008.
El B de Banyoles, el Half Ironman de Wiesbaden (10/08/08), y el Maratón de Palma de Mallorca (19/10/08).
La lluvia me ha impedido participar en pruebas más cortas (Sprint Sitges/Sprint del Prat) y en otras más especificas como la cicloturista Transcollsera, que permitan evaluar mi progresión, así que cómo llego a este B es una incógnita absoluta para mi.
La distancia es prácticamente idéntica a la de un Half y recuerdo bien lo que sentí en la mañana de mi primer Half (Wiesbaden 07). Sencillamente no sabía si llegaría o si me cortarían en uno de los parciales.
Ahora mi primera prueba del año es prácticamente idéntica en cuanto a distancia, aunque no tan dura en el tramo ciclista.
Haga el tiempo que haga, simplemente llegando entero a la línea habré realizado algo impensable hace un año.
Mis previsiones? no tengo, no puedo tenerlas, no tengo referencias como ya he dicho.
Pero sí tengo objetivos, y no me importa "mojarme" y compartirlos con quien lea esta entrada:
Natación: por debajo de 50 min.
Bici:
Objetivo 30kms/h, lo que me situaría en 2h 40mins (dado mi nulo dominio de la bici daría por bueno lograr una media de 29-30 Km. /h).
Carrera: Entre 1:50 y 2h
Los números no lo son todo, en realidad las cosas más importantes en la vida no pueden ser cuantificadas, es más, si puedes cuantificarlas es porque no son realmente relevantes, así que, en paralelo al tiempo que logre, me fijo otros objetivos.
Ser más agresivo en la natación y en la bici, y "aguantar el tipo" en la carrera, sin olvidar "gestionar" bien mi esfuerzo a lo largo de la prueba y, como no, disfrutar del día y de las sensaciones.
Sin duda, mis aspiraciones harán sonreír a más de uno, máxime cuando esos tiempos me sitúan de antemano en la ultima página de los resultados a tenor de lo visto en los últimos años de esta prueba, pero los que solo piensan en términos de resultados (tiempos en este caso) desconocen algo esencial.
Orientarse a un resultado es un error, es el proceso lo realmente importante, el resultado viene condicionado por el proceso y no al revés.
En mi preparación de cara a afrontar el reto de Frankfurt 2009, tres pruebas son clave en 2008.
El B de Banyoles, el Half Ironman de Wiesbaden (10/08/08), y el Maratón de Palma de Mallorca (19/10/08).
La lluvia me ha impedido participar en pruebas más cortas (Sprint Sitges/Sprint del Prat) y en otras más especificas como la cicloturista Transcollsera, que permitan evaluar mi progresión, así que cómo llego a este B es una incógnita absoluta para mi.
La distancia es prácticamente idéntica a la de un Half y recuerdo bien lo que sentí en la mañana de mi primer Half (Wiesbaden 07). Sencillamente no sabía si llegaría o si me cortarían en uno de los parciales.
Ahora mi primera prueba del año es prácticamente idéntica en cuanto a distancia, aunque no tan dura en el tramo ciclista.
Haga el tiempo que haga, simplemente llegando entero a la línea habré realizado algo impensable hace un año.
Mis previsiones? no tengo, no puedo tenerlas, no tengo referencias como ya he dicho.
Pero sí tengo objetivos, y no me importa "mojarme" y compartirlos con quien lea esta entrada:
Natación: por debajo de 50 min.
Bici:
Objetivo 30kms/h, lo que me situaría en 2h 40mins (dado mi nulo dominio de la bici daría por bueno lograr una media de 29-30 Km. /h).
Carrera: Entre 1:50 y 2h
Los números no lo son todo, en realidad las cosas más importantes en la vida no pueden ser cuantificadas, es más, si puedes cuantificarlas es porque no son realmente relevantes, así que, en paralelo al tiempo que logre, me fijo otros objetivos.
Ser más agresivo en la natación y en la bici, y "aguantar el tipo" en la carrera, sin olvidar "gestionar" bien mi esfuerzo a lo largo de la prueba y, como no, disfrutar del día y de las sensaciones.
Sin duda, mis aspiraciones harán sonreír a más de uno, máxime cuando esos tiempos me sitúan de antemano en la ultima página de los resultados a tenor de lo visto en los últimos años de esta prueba, pero los que solo piensan en términos de resultados (tiempos en este caso) desconocen algo esencial.
Orientarse a un resultado es un error, es el proceso lo realmente importante, el resultado viene condicionado por el proceso y no al revés.
jueves, 26 de junio de 2008
Felices Sueños...
Existen cientos (miles?) de blogs en la Red relacionados con el mundo del Triatlón, y más específicamente con el mundillo de la Larga Distancia y el omnipresente Ironman...que tiene este de particular ? NADA, RIEN DE RIEN, NOTHING…
A los más avanzados de la clase no se os habrá escapado mi nula predisposición al auto-marketing, pero no saquéis pecho todavía, los enteradillos nunca han sido Santos de mi devoción, así que os diré lo que sí tendrá.
En común tendrá la misma combinación de ilusión (llamada "locura" para el que no esta enganchado a esto), unidimensionalidad salpicada de algún nota de color ajena a la obsesión por el entreno, resultados, competiciones, etc..., y desde luego cumplirá con su función primordial, que no es otra que la muy terapéutica "tengo que contar esto o me dá algo, aunque nadie me escuche/lea", tan propia de los que estamos pilladitos con esto del Ironman.
OK, ok, las más elementales reglas de una redacción escolar dicen que hay que presentar y definir el sujeto del que vamos a hablar y yo de momento he mencionado ya dos veces el "Ironman" (tres con esta, bien visto el del fondo...) sin decir que narices es.
El problema es que si lees esta entrada o bien me conoces y ya has sufrido mi excepcional capacidad para hablar de lo mismo durante horas (si no es el caso, visualiza a Castro hablando de triatlón y te harás una idea bastante exacta) o bien sabes más que yo del tema, lo cual, espero que me perdones, tampoco es como para tirar cohetes...
Iremos al grano (una vez no es costumbre) y lo definiremos alegremente como un triatlón de larga distancia. Por larga distancia me refiero a 3,8 Km. de natación, 180 Km. de ciclismo y un maratón 42,195 Km. (a notar que lo duro en esta ultima prueba son los últimos 195 m, no os hacéis idea de lo que cuesta guardar un mínimo de compostura en esos escasos metros…).
Y como creo firmemente en que si quieres hacer algo bien "hazlo tú mismo", en vez de poneros un link os diré que si queréis saber más el Sr. Google estará encantado de daros más detalles al respecto.
Pasemos al porqué de este blog.
El caso es que ayer me inscribí al Ironman de Frankfurt 2009, algo con lo que llevo soñando unos dos o tres años aproximadamente, que serán tres-cuatro para cuando efectivamente pueda realizar dicho sueño, y es que algunos sois realmente buenos en mates y no hay quien os tosa.
Puedo ver desde aquí las caras de incredulidad de los que no estáis pirados por esto…”ha dicho “sueño”? “, puede alguien “soñar” con auto-infligirse semejante tortura? Es verdad que no contentos con dejarse uno años de vida en el camino, además pagan para ello?, tengo un amigo que conoce a alguien que dice haber acabado uno, etc., etc.…
Pues si, es posible soñar con ello, es más, es una condición indispensable para afrontar la prueba porque, señores y señoras, niños y niñas, hay que quererlo realmente, no bastará con entrenar porque, para que nos vamos a engañar, si respondéis al perfil del currito medio tenéis poco tiempo para nadar, ir en bici, correr, hacer pesas, estirar, tomaros un yogur bio al dia, tener una conversación decente con alguien querido, leer varios diarios para contrastar la veracidad de la información, sacar la basura, quedar con los amigos…
Y como la auto-aceptación de mis errores nunca ha sido mi punto fuerte, delataré al culpable de todo esto…que no es otro que Internet y La Mula…
http://video.google.com/videoplay?docid=4984737890900640428&hl=fr
Cierto es que antes me había pasado por la cabeza que esto del Tri tendría su gracia, pero lo archivé en lo más profundo de alguna de mis mazmorras mentales hasta que un día me dio por buscar.
Fue definitivo y recuerdo que supe que no había alternativa, yo también quería ser el numero 1390.
Porque por mucho que os digamos lo contrario, el auto-engaño es nuestra mayor virtud, y es que a pesar de que entrenemos todo lo posible para llegar lo más rápido posible y en buenas condiciones, la verdad es que nada nos haría más infelices que no haber sufrido seriamente al menos durante una de las tres pruebas. Nada podría reparar la “decepción” de llegar frescos y no tener una batallita que contar una y otra vez, a los demás sí, pero sobretodo a nosotros mismos, para grabar a fuego en nuestro cortex unas imágenes de sufrimiento que podamos volver a proyectar una y otra vez para, finalmente, “ver” ese otro momento por el que renunciamos a tanto, para poder vernos cruzar una y otra vez esa línea que lo es todo, el principio y el fin de nuestro sueño.
Felices sueños a todos…
A los más avanzados de la clase no se os habrá escapado mi nula predisposición al auto-marketing, pero no saquéis pecho todavía, los enteradillos nunca han sido Santos de mi devoción, así que os diré lo que sí tendrá.
En común tendrá la misma combinación de ilusión (llamada "locura" para el que no esta enganchado a esto), unidimensionalidad salpicada de algún nota de color ajena a la obsesión por el entreno, resultados, competiciones, etc..., y desde luego cumplirá con su función primordial, que no es otra que la muy terapéutica "tengo que contar esto o me dá algo, aunque nadie me escuche/lea", tan propia de los que estamos pilladitos con esto del Ironman.
OK, ok, las más elementales reglas de una redacción escolar dicen que hay que presentar y definir el sujeto del que vamos a hablar y yo de momento he mencionado ya dos veces el "Ironman" (tres con esta, bien visto el del fondo...) sin decir que narices es.
El problema es que si lees esta entrada o bien me conoces y ya has sufrido mi excepcional capacidad para hablar de lo mismo durante horas (si no es el caso, visualiza a Castro hablando de triatlón y te harás una idea bastante exacta) o bien sabes más que yo del tema, lo cual, espero que me perdones, tampoco es como para tirar cohetes...
Iremos al grano (una vez no es costumbre) y lo definiremos alegremente como un triatlón de larga distancia. Por larga distancia me refiero a 3,8 Km. de natación, 180 Km. de ciclismo y un maratón 42,195 Km. (a notar que lo duro en esta ultima prueba son los últimos 195 m, no os hacéis idea de lo que cuesta guardar un mínimo de compostura en esos escasos metros…).
Y como creo firmemente en que si quieres hacer algo bien "hazlo tú mismo", en vez de poneros un link os diré que si queréis saber más el Sr. Google estará encantado de daros más detalles al respecto.
Pasemos al porqué de este blog.
El caso es que ayer me inscribí al Ironman de Frankfurt 2009, algo con lo que llevo soñando unos dos o tres años aproximadamente, que serán tres-cuatro para cuando efectivamente pueda realizar dicho sueño, y es que algunos sois realmente buenos en mates y no hay quien os tosa.
Puedo ver desde aquí las caras de incredulidad de los que no estáis pirados por esto…”ha dicho “sueño”? “, puede alguien “soñar” con auto-infligirse semejante tortura? Es verdad que no contentos con dejarse uno años de vida en el camino, además pagan para ello?, tengo un amigo que conoce a alguien que dice haber acabado uno, etc., etc.…
Pues si, es posible soñar con ello, es más, es una condición indispensable para afrontar la prueba porque, señores y señoras, niños y niñas, hay que quererlo realmente, no bastará con entrenar porque, para que nos vamos a engañar, si respondéis al perfil del currito medio tenéis poco tiempo para nadar, ir en bici, correr, hacer pesas, estirar, tomaros un yogur bio al dia, tener una conversación decente con alguien querido, leer varios diarios para contrastar la veracidad de la información, sacar la basura, quedar con los amigos…
Y como la auto-aceptación de mis errores nunca ha sido mi punto fuerte, delataré al culpable de todo esto…que no es otro que Internet y La Mula…
http://video.google.com/videoplay?docid=4984737890900640428&hl=fr
Cierto es que antes me había pasado por la cabeza que esto del Tri tendría su gracia, pero lo archivé en lo más profundo de alguna de mis mazmorras mentales hasta que un día me dio por buscar.
Fue definitivo y recuerdo que supe que no había alternativa, yo también quería ser el numero 1390.
Porque por mucho que os digamos lo contrario, el auto-engaño es nuestra mayor virtud, y es que a pesar de que entrenemos todo lo posible para llegar lo más rápido posible y en buenas condiciones, la verdad es que nada nos haría más infelices que no haber sufrido seriamente al menos durante una de las tres pruebas. Nada podría reparar la “decepción” de llegar frescos y no tener una batallita que contar una y otra vez, a los demás sí, pero sobretodo a nosotros mismos, para grabar a fuego en nuestro cortex unas imágenes de sufrimiento que podamos volver a proyectar una y otra vez para, finalmente, “ver” ese otro momento por el que renunciamos a tanto, para poder vernos cruzar una y otra vez esa línea que lo es todo, el principio y el fin de nuestro sueño.
Felices sueños a todos…
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